Quiero un piso para mí. Con paredes malva y muebles blancos. Quiero una colcha de cachemira. Un vestidor. Un joyero solo para anillos plateados. Cojines de piel de peluche. Mesas bajas. Salir los sábados por la tarde a fotografiar el mundo. Cenar ensalada y desayunar yogur. Tener una reserva de Marx en el armario de la cocina. Andar en calcetines por casa. Hablar sola en inglés. Acuarius siempre en la nevera. Corregir exámenes entresemana. Escribir mis novelas de madrugada. Independencia.. Y si alguien llega a mi vida; no sea para venir a recogerme a las ocho y enseñarme calles que he aprendido de memoria. Si alguien quiere hacerme dudar que pertenezco al viento, ha de sacudir mi vida. Llamarme de madrugada. Presentarse en casa con comida china una noche de invierno. Hacer de un te quiero un tabú y decirlo menos, pero mejor. Y nunca nunca nunca dar por hecho nada. A mí se me conquista día a día.
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